Roberto Jiménez|Valladolid (EFE).- Nunca un arte tan fugaz como el de la tauromaquia, único por irrepetible e inédito en cada lance, ha sido tan perenne: anida en la memoria de los aficionados y demora su fecha de caducidad gracias a la fotografía, que represa la fugacidad de momentos como los que capta y ofrece el fotoperiodista Nacho Gallego.
Son décimas de segundo como la pincelada de un artista, el golpe de cincel o la nota musical disuelta al final de una pieza, son ‘Instantes’ como el lema de la exposición que Nacho Gallego ofrece desde este miércoles en Valladolid en el marco de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo.
Medio centenar de fotografías resume dos décadas detrás de la cámara en el callejón de la plaza de toros de Valladolid -que este 2025 celebra 135 años de vida-, para ofrecer un prontuario de tauromaquia pero también un tratado de geometría, una poética de la imagen, un juego de luces y una dialéctica entre vida y muerte.
Exposición ‘Instantes’ del fotoperiodista Nacho Gallego inaugurada este miércoles en la sala de exposiciones de San Benito en Valladolid en el marco de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo
«Una corrida de toros ofrece muchas opciones para la creatividad», ha explicado Nacho Gallego a EFE antes de inaugurar este muestrario al que acompañan los textos de Raquel Sanz y Vicente Díez, y que permanecerá hasta el 30 de septiembre en la sala de exposiciones de San Benito.
Dos siglos
No tardó mucho la fotografía, recién nacida en 1839, en sintonizar con la tauromaquia: apenas dos décadas hasta que el 25 de julio de 1859, en la plaza de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz) Louis Charles Raoul Vernay, reveló la primera escena taurómaca según esgrime la Fundación Toro de Lidia.
Cúchares apuraba sus últimos compromisos y faltaba poco para el debut de Lagartijo y Frascuelo cuando el Conde Vernay abrió un venero que casi dos siglos después sigue manando para fotógrafos como Nacho Gallego, colaborador de EFE, de Seminci y que ha firmado imágenes de diversa temática en The Times o The Washington Post.
En su cámara los protagonistas son ahora El Fundi, José Tomás, Manzanares, El Juli, Enrique Ponce, Padilla, Morante, Roca Rey, Emilio de Justo, Escribano o Talavante, durante sus comparecencias en las ferias de San Pedro Regalado y de la Virgen de San Lorenzo.
Exposición ‘Instantes’ del fotoperiodista Nacho Gallego inaugurada este miércoles en la sala de exposiciones de San Benito en Valladolid en el marco de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo
Una teoría del gesto
Todos ellos engrosan esta galería de ‘Instantes’ en actitudes que trascienden la tradicional imagen informativa de un pasaje de la lidia o un momento de apuro porque la tauromaquia «tiene muchas otras cosas que mostrar también», ha esgrimido este reportero distinguido, entre otros galardones, con el Premio Francisco Cossío en dos ocasiones y participante en exposiciones individuales y colectivas.
Surge así la poética del gesto: de tensión en el portón de cuadrillas, de concentración entrebarreras, de alivio al concluir y de alegría y tristeza en función del resultado. Capta el fotógrafo miradas perdidas y sensaciones de miedo en contraste con la escrutadora, alegre o relajada de los aficionados.
Las luces seducen al fotógrafo en claroscuros, penumbras, sombras y brillos que junto a los colores de sedas, adornos, telas y albero ilustran este ritual de contrastes: cadencia y desmayo pero también violencia y arrebato en todos sus estratos y protagonistas, también banderilleros y varilargueros.
El arte de birlibirloque, en palabras de Bergamín, emerge con un toro haciendo el pino y la geometría se manifiesta en la inapelable verticalidad de José Tomás o en los triángulos equiláteros de trincherazos, ayudados por bajo y medias verónicas que cuelgan en las paredes de la sala de exposiciones, antigua bodega del convento de San Benito el Real. EFE