El novillero Jaime de Pedro es la fusión perfecta de sus padres, la cantaora Marina Heredia y el matador de toros y empresario Pedro Pérez ‘ … Chicote’. Tiene planta, una gran educación y mucho ángel en los gestos y en la mirada. Su carácter tímido y reservado le impide expresar todo lo que lleva por dentro (es su primera entrevista), pero sabe medir los tiempos cuando habla. En ocasiones, con el mismo temple y el compás del toreo y el flamenco, de los que ha bebido siempre. «Son dos artes muy similares –asegura– pero dos disciplinas muy diferentes. El flamenco es la noche y el toreo, pienso que no. Te obliga a tener una disciplina más exigente, a entrenar y a pensar sólo en el toro durante todo el día. En el flamenco todo es más natural».
Jaime es un apasionado del deporte y un chico de 21 años con los pies en la tierra. Se nota mucho la mano de sus padres, pero también en gran medida la sabiduría de sus abuelos, el cantaor Jaime ‘El Parrón’ y el desaparecido torero Pedro ‘Chicote’. Por ellos siente una enorme admiración y respeto. Del primero ha aprendido «la vida en la calle» y de su abuelo paterno cómo hay que soñar el toreo. Por eso le puso delante de una becerra cuando tenía 14 años y «por su culpa» sus planes de ser futbolista cambiaron para siempre. De «no cantar muy malamente» hubiera querido ser igual que su madre, tal y como está demostrando ahora su hermano Diego. «Es muy bonito y un orgullo que sienta toda la parte de mi madre siendo aún muy pequeño».
Una vez reconducida su vocación, Jaime acompañó a su abuelo Pedro y empezó a entrenar para ser torero. La decisión no encajó demasiado bien en casa y mientras Marina «fue la que peor se lo tomó», su padre se dedicó a ponérselo muy difícil, conocedor de todos los riesgos y dureza de la profesión. «Cada vez tenía más trabas y no me dejaba torear hasta que no estudiara». Lejos de desanimarse, Jaime se graduó en Administración y Finanzas y logró «encarrilar» a su padre, maestro y director en la Escuela Taurina de Atarfe. Ahora le aconseja que disfrute de la profesión, del proceso de aprendizaje y de las veces que se pongo el vestido de luces. «Si esto es lo que quiero, aquí hay que estar al cien por cien». Marina, por su parte, «no opina mucho y me pide que, además de disfrutar, tenga cuidado».
Jaime actuó por vez primera el 1 de abril de 2023 en el Coliseo de Atarfe, donde sorprendió por sus prometedoras maneras en el contexto de una clase magistral impartida por ‘El Fandi’. El 3 de julio vendría el debut soñado ante el público en un festival benéfico en Almonte, donde cortó dos orejas anunciado con figuras del toreo. Idéntico resultado al conseguido en Alicante el 5 de noviembre, el 12 de mayo de 2024 en Valencia, y el 26 de agosto de este año en Aldeanueva de Ebro. Este lunes está anunciado en Villarubia de Santiago (Toledo) y el 14 de septiembre en la plaza francesa de Arles.
Lleva una trayectoria corta y muy pocos festejos todavía pero prefiere ir despacio y con cabeza. «Sigo con más ilusión todavía y entrenando más si cabe. Cada día procuro conocerme mejor y corregir todos los fallos. Cada día salen más…». Para ello cuenta con el apoyo y los consejos de su padre, de su tío Carlos ‘Chicote’, de Luis Enamorado y del matador de toros toledano José Germán. Con este último entrena también y «le echa una mano» cuando pasa temporadas en Villaseca de la Sagra.
El duende
En sus maneras artísticas se percibe también el arte y el duende que corre por sus venas. Es torero de inspiración como su padre, y aspira a ser de cante grande como su madre. «Cada uno tiene que expresar lo que siente y eso es algo que surge en el momento. Si lo hiciera todos los días, la gente iría a ver siempre al mismo torero. Hace falta oficio y tiempo para interpretar cada momento como lo siento por dentro». Para ello, se fija en «toreros antiguos con cortes geniales, como El Viti, Manzanares padre, Julio Robles, Rafael de Paula y Curro Romero porque creo que lo antiguo es lo que vale. Las nuevas corrientes y el toreo moderno no me agradan demasiado». En cuanto al flamenco, le gusta escuchar a cantaores de peso como Camarón, «por supuesto el número uno, Caracol, Mairena, Chocolate, El Agujetas o La Paquera».
Cuestionado acerca de sus planes a corto plazo, prefiere no pronunciarse. «Confío en todos los que me están echando una mano. Mi cometido es entrenar y torear cuando me llamen».