La forma de entender el deporte puede variar mucho de un ciclista a otro. Hay quienes buscan tonificar los músculos y convertir sus piernas en máquinas, hay otros que quieren colgarse alguna medalla o que compiten profesionalmente y, finalmente, hay otro grupo que simplemente ama las dos ruedas y encuentra en ellas una forma de dispersión, un hobby de fin de semana.
Para estos últimos, el cicloturismo es una pasión, ya que va más allá de pedalear largas distancias, sino que se trata de una forma de viajar donde el camino importa tanto como el destino.
Estas son personas que priorizan la experiencia, la conexión con el entorno y la libertad de recorrer lugares a tu propio ritmo. Además, como toda experiencia intensa, también pide momentos de pausa y disfrute.
Después de una jornada de exploración sobre las dos ruedas, muchos viajeros ciclistas combinan la bicicleta con formas de entretenimiento más tranquilas, desde leer un libro hasta relajarse en las tragaperras online de este casino. Estas opciones permiten un descanso mental divertido antes de volver al camino.
El espíritu detrás del cicloturismo
A diferencia de los que corren para competir, donde lo importante es la velocidad y la meta, quienes disfrutan del cicloturismo ponen el punto de mira en la belleza de los paisajes ciclistas y en lo que sucede durante el recorrido.
Cada parada, cada vista y cada encuentro forman parte del recuerdo. El objetivo no es llegar antes, sino llenarse los ojos del verde de un bosque asturiano o de una calita catalana.
Por eso, algunas de las características que diferencian al cicloturismo de las competiciones habituales son su naturaleza no competitiva, donde la bicicleta se convierte en compañera de viaje y la autosuficiencia. Los cicloturistas preparan rutas, equipamiento y logística, apostando a la independencia.
En definitiva, se trata de una experiencia saludable, económica, ecológica y enriquecedora donde se prioriza la libertad de ir al ritmo propio y la conexión con el entorno a través de los sonidos, olores y paisajes.
Distintos estilos, distintas modalidades
La libertad está en el núcleo de la disciplina y por ese motivo el cicloturismo no es una práctica única, reglada y estricta. Se trata de una práctica que tiene tantas posibilidades como cicloturistas que la lleven adelante.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, hay unas experiencias que se pueden distinguir. Por ejemplo, hay quienes lo plantean como unas vacaciones en bicicleta, donde se dedica un período largo y todo el viaje gira en torno al pedaleo.
Hay que distinguir lo anterior de los ciclistas ocasionales que aprovechan las vacaciones para tener una o dos sesiones de pedaleo durante sus días de descanso. Esta sería otra modalidad de cicloturismo, la de excursiones de un día, ideales para quienes desean probar sin hacer viajes largos.
Cicloturismo para perfiles no ocasionales
De la misma forma que las vacaciones cicloturísticas pueden ser menos profesionales, quienes disfrutan de la disciplina y tienen la posibilidad de adquirir mayor equipamiento y asistencia, pueden disfrutar de modalidades como el bikepacking, una versión ultraligera, pensada para quienes buscan movilidad en senderos estrechos.
Incluso hay quienes pueden practicar cicloturismo asistido, con el apoyo de un vehículo que lleva todo su equipaje, o que participan en marchas cicloturistas, donde varias personas se anotan en la actividad para disfrutar de la experiencia en grupo.
Qué se hace después de pedalear
Cuando termina una ruta de 40, 60 o incluso 100 kilómetros, lo que el cuerpo pide es descanso. Sea una parada para comer en un lugar privilegiado o la vuelta definitiva al hospedaje, lo importante es darle un tiempo a los cuádriceps para recuperar su fuerza.
Quienes tengan dificultad para quedarse quietos, pueden disfrutar de una forma de entretenimiento online. En este punto, los sitios de casino online se han vuelto una alternativa popular para quienes disfrutan de los juegos de azar de manera responsable.
Tras horas de concentración en la ruta, una partida rápida de ruleta o blackjack puede ser una forma de cambiar de enfoque y liberar tensiones. No se trata de sustituir la experiencia del viaje, sino de complementarla con un pasatiempo que brinde relax mental y diversión ligera.
Equilibrio entre naturaleza y tecnología
El cicloturismo es, en esencia, una actividad al aire libre, ligada al contacto directo con la naturaleza. Sin embargo, eso no significa no contar con la ayuda de la tecnología, sea para las sesiones de entretenimiento o incluso a través del apoyo de sistemas de GPS que marcan el camino y relojes inteligentes.
Así, el teléfono móvil se convierte en un aliado de los cicloturistas, con aplicaciones que miden el rendimiento, que muestran rutas o incluso foros de internet donde se sugieren nuevas rutas, restaurantes imperdibles y tips.
Es decir que, si bien el cicloturismo va de estar en la naturaleza y disfrutar de todo lo que nos ofrece, eso no quiere decir que no puedan aprovecharse las bondades de vivir en el Siglo 21.
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