05/09/2025
Actualizado a las 14:02h.
«Es con gran pesar que el Palacio de Buckingham anuncia la muerte de Su Alteza Real la Duquesa de Kent. Falleció en paz anoche en Kensington Palace, rodeada de su familia», ha comunicado la Familia Real. Una triste noticia con la que se despiden de Catalina, de 92 años, la mujer del Príncipe Eduardo, Duque de Kent (89).
«El Rey y todos los miembros de la Familia Real se unen al Duque de Kent, sus hijos y sus nietos para lamentar la pérdida y recordar con cariño la devoción de la Duquesa a lo largo de toda su vida a las organizaciones a las que estaba asociada, su pasión por la música y su empatía por la gente joven», añade la publicación que han compartido de manera oficial.
Según publica ‘Hello!’, el Rey fue informado de la muerte de la Duquesa el jueves por la noche mientras estaba en Balmoral. Sin embargo, ha aprobado que comiencen unos días de luto hasta el día del funeral, cuya fecha aún no se ha confirmado. Durante este tiempo, tanto los ‘royals’ como sus trabajadores deberán vestir de negro y las tropas deberán vestir unas bandas negras, pero no se espera que se cancele la agenda al completo como habría pasado con alguien de mayor rango.
La Duquesa ha sido vista en público en muy pocas ocasiones desde que en 1996 tomara la decisión de retirarse de las tareas reales, llegando a pedir a la BBC en 2002 que no la llamaran «Su Alteza Real» sino simplemente Catalina. La última vez que fue fotografiada fue en octubre del pasado año, con motivo del 89 cumpleaños de su marido, y estaba en una silla de ruedas en la puerta de su casa en Kensington Palace, Wren House.
Problemas de salud
Catalina Worsley era la mujer del Príncipe Eduardo, primo de la Reina Isabel II. Se casaron en 1961, a pesar de las reticencias de Marina de Grecia a que su nuera no fuera de sangre real, y aunque los titulares la calificaran despectivamente como «la chica de Yorkshire». Tuvieron tres hijos: Jorge, Earl de San Andrés, Lady Helena Taylor y Lord Nicolás Windsor, aunque se enfrentaron a la pérdida años más tarde.
Eduardo y Catalina de Kent en 1962
GTRES
En 1975, tras contraer rubeola, la Duquesa perdió a un bebé y dos años más tarde fue madre de un niño que nació muerto, lo que la sumió en una profunda depresión de la que ha hablado en alguna ocasión. «Tuvo un efecto devastador en mí. No tenía ni idea sobre cómo de terrible puede ser para cualquier mujer», admitió después.
Llegó a pasar un tiempo ingresada en un hospital especializado y se supervisó su recuperación, tras la que finalmente pudo superar el duelo. «No me da vergüenza admitirlo. No fue una buena etapa, pero una vez lo superé y recuperé la sensación de realidad me di cuenta de que, aunque es horrible, le pasa a mucha gente», compartió.
A lo largo de los años, la Duquesa Catalina también se enfrentó a otros problemas de salud. Sufría de celiaquía, una dolencia en donde tu sistema inmune ataca a tus propios tejidos cuando comes gluten, por lo que su dieta tenía que ser estricta y no tomar nada que pudiera contener este conjunto de proteínas. Además, a finales de los noventa le diagnosticaron el virus de Epstein Barr, que es la causa más común de mononucleosis, tras lo que se decretó que sufría síndrome de fatiga crónica.
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