Tocó el cielo de Villaseca de la Sagra Tomás Bastos en su consagración definitiva como el novillero de la temporada. Con la yema de los dedos acarició los mejores naturales que se recuerdan en un ‘Alfarero de Oro’ desde hace muchas ediciones. Ya con su primero ralló un nivel sensacional con un puñadito de naturales y un cambio de mano eterno que todavía sigue resonando por los tendidos. La estocada, trasera, no le impidió pasear la oreja.
Pero con ‘Enarbolado’ llegó el culmen de la tarde. Completó un gran tercio de varas el novillo -quizás excesivo- y Bastos se fundió en una faena inenarrable en la que volvió a relucir ese toreo reposado y maduro. Nuevamente el toreo al natural alcanzó cuotas de máxima emoción y el novillo respondió, pero la espada hizo guardia y el éxtasis dio paso a la frustración, dando una merecida vuelta al ruedo. Lo que es seguro, es que Tomás Bastos está llamado a ser una figura del toreo.
En muchas ocasiones, el corazón le gana la partida a la cabeza, siendo esto lo que le ocurrió a Gonzalo Capdevila frente al cuarto. Pecó de entrega el gaditano y, en la tercera larga de recibo -sin apenas espacio-, el novillo de Conde de Mayalde le empitonó a la altura de la ingle, presagiándose lo pero mientras era trasladado a la enfermería.
Los minutos y la lidia pasaban y no había noticias desde la enfermería, pero en un acto de gallardía, Capdevila salió completamente desmadejado a torear a su animal. No se puede negar la entrega y más con una cornada a la vista de todos, siendo la oreja fue un premio más justo. Con su primero también se mantuvo en esa tónica de entrega, aunque la faena discurrió entre continuos enganchones y no terminó de subir.
La tarde Javier Zulueta estuvo llena del gusto que le caracteriza y demostró su oficio en dos actuaciones que dan una sensación de un casi matador de toros. Lo más sólido de su tarde vino con el quinto, con el que dibujó naturales de bello trazo, buscando siempre enroscárselo en la cintura, pero la falta de celo del utrero no le dejó subir a la faena. Con su primero también anduvo muy despierto Zulueta, aprovechando el movimiento que tuvo el de Mayalde para firmar muletazos meritorios, pero ni el acero ni el descabello fueron eficaces.
Ficha del festejo
Plaza de toros de Villaseca de la Sagra (Toledo). Más de media entrada. Novillos de Conde de Mayalde, de excelente presentación y de notable juego en su conjunto. Corrida muy cuajada y con muchas posibilidades para la muleta, destacando el sexto de nombre ‘Enarbolado’, que cumplió en un exigente tercio de varas y al que se le llegó a pedir tímidamente el indulto, finalmente premiado con la vuelta al ruedo.
Gonzalo Capdevila (de verde botella y oro): ovación y oreja.
Javier Zulueta (de azul cielo y oro): silencio tras aviso y ovación.
Tomás Bastos (de gris perla y oro): oreja y vuelta al ruedo
Reportar un error