Netflix sigue apostando fuerte por el true crime más sórdido y perturbador, y su nueva producción, Número desconocido: Falsa identidad en el instituto, no es la excepción. Esta vez, la plataforma nos sumerge en una historia real que parece sacada de una novela de terror: un caso de acoso escolar con un giro final tan inesperado como aterrador, que redefine los límites de la confianza y el daño emocional.

La trama nos traslada a un apacible pueblo de Michigan, donde Lauryn Lacary y Owen McKenny, dos adolescentes de apenas 13 años, viven su primer amor y son vistos como la pareja más popular del instituto. Pero bajo esa imagen idílica comienza a gestarse algo profundamente inquietante: Lauryn empieza a recibir mensajes anónimos llenos de amenazas, insultos y manipulación psicológica. Lo que comienza como un acoso escolar se convierte rápidamente en una pesadilla que se extiende a lo largo de dos años.

La dirección corre a cargo de Skye Borgman, conocida por el igual de escalofriante Abducted in Plain Sight, volviendo a demostrar su maestría para retratar lo más oscuro de la condición humana. Con sensibilidad, crudeza y un ritmo implacable, Borgman narra el descenso emocional de una adolescente que, sin saberlo, está siendo destruida por la persona más insospechada de su entorno. 

El documental se sostiene sobre testimonios reales, imágenes escalofriantes y los mensajes auténticos que Lauryn recibió durante su martirio. La tensión se mantiene al límite, y aunque la narración flirtea por momentos con el sensacionalismo, logra construir una atmósfera de terror psicológico que pone al espectador en una posición incómoda y vulnerable.

Lo que en un inicio parece un simple caso de bullying, toma un rumbo mucho más retorcido. Ni los padres, ni los profesores, ni siquiera las autoridades federales logran resolver el misterio… hasta que un giro absolutamente rocambolesco lo cambia todo. La revelación final no solo estremece: deja al descubierto una realidad que supera cualquier ficción.

Número desconocido: Falsa identidad en el instituto no es solo un documental de crímenes reales. Es un descenso a las profundidades de la mente humana, una denuncia al sistema que no supo proteger, y una advertencia sobre el horror que puede acecharnos desde un lugar más cercano de lo que creemos.