NUEVA YORK — Carlos Alcaraz estaba a punto de comenzar una serie de entrevistas televisivas para hablar sobre cómo aplicó su juventud, despliegue físico y creatividad para someter a Novak Djokovic, un rival mucho más experimentado, pero también mucho mayor, imponiéndose el viernes por 6-4, 7-6 (6-2) en las semifinales del Abierto de Estados Unidos.
Pero primero, Alcaraz pidió a todos que esperaran un momento. Sacó su teléfono móvil de un bolsillo para averiguar el marcador de la semifinal de Jannik Sinner contra Felix Auger-Aliassime. Todavía transcurría apenas el primer set de ese partido, pero hay que estar al tanto de tu mayor rival.
Unas horas más tarde, Sinner selló su victoria por 6-1, 3-6, 6-3, 6-4 sobre Auger-Aliassime, pactando la final de Flushing Meadows que de alguna manera parecía inevitable, aunque sin precedentes: el número uno Sinner y el número dos Alcaraz se enfrentarán el domingo para decidir el campeón del US Open — a primera vez que los mismos dos hombres se enfrentan en tres finales consecutivas de Grand Slam dentro de una temporada.
“Estos dos jugadores son los mejores del mundo en este momento”, manifestó Djokovic, dueño de 24 títulos de Grand Slam.
No hay duda de eso.
Independientemente del resultado del domingo, el dúo habrá dividido los últimos ocho trofeos de las grandes citas, llevándose 10 de las últimas 13. Sus totales de carrera: Alcaraz suma cinco títulos en los Slams, Sinner cuatro.
Y el número uno del ranking estará en juego el domingo, cuando el presidente Donald Trump planea asistir.
“Es un día muy especial”, dijo Sinner sobre el enfrentamiento del domingo. “Es una final increíble nuevamente”.
Sinner podría convertirse en el primer hombre que revalida el título en Nueva York desde que Roger Federer conquistó el torneo de cancha dura cinco años seguidos, de 2004 a 2008.
El italiano avanzó a su quinta final consecutiva en un Slam. Venció a Taylor Fritz en Flushing Meadows hace 12 meses y a Alexander Zverev en el Abierto de Australia en enero, luego perdió ante Alcaraz en Roland Garros en junio, antes de vencer a su rival español en Wimbledon en julio.
“Una temporada increíble”, expresó Sinner.
Contra Auger-Aliassime, Sinner fue magnífico en el primer set, pero apenas regular en el siguiente. Su racha de 38 servicios mantenidos que databa de la tercera ronda terminó cuando el canadiense conectó un ‘winner’ de derecha cruzada a 99 mph para un quiebre que celebró con un fuerte grito.
En busca de su sexto título de Grand Slam y el segundo en Flushing Meadows, Alcaraz aún no ha perdido un set. Remontándose a abril, el español tiene un récord de 44-2, alcanzando las finales en cada uno de sus últimos ocho torneos de la gira.
“Es algo en lo que estoy trabajando, en la consistencia en los partidos, en los torneos, en el año, en general. Simplemente no tener altibajos en un partido”, resaltó Alcaraz. “Estoy madurando, conociéndome mucho mejor, lo que necesito dentro y fuera de la cancha”.
Alcaraz había perdido sus dos partidos más recientes contra Djokovic, en la final por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París el año pasado y en los cuartos de final del Abierto de Australia en enero.
“No es fácil jugar contra él, para ser honesto”, dijo Alcaraz. “Pienso en la leyenda, en lo que ha logrado en su carrera. Es difícil no pensar en ello”.
Al final, Djokovic parecía resignado al resultado. El serbio de 38 años alcanzó las semifinales en los cuatro Slams de esta temporada, pero sucumbió en esa ronda cada vez, tres de ellas ante Alcaraz, de 22 años, o Sinner, de 24.
“Es frustrante en la cancha cuando no puedes mantener ese nivel físicamente, pero al mismo tiempo, supongo que es algo esperado”, dijo Djokovic. “Viene con el tiempo y con la edad”.
El intento de Djokovic de convertirse en el primer jugador en la historia del deporte en alcanzar las 25 coronas de Grand Slam fue bloqueado nuevamente, y el serbio intuye que parte del problema es tratar de superar a hombres mucho más jóvenes en partidos al mejor de cinco sets.
“Todavía quiero jugar … (una) temporada completa de Grand Slam el próximo año”, manifestó Djokovic. “Veamos si eso va a suceder o no, pero … los Slams son Slams. Son simplemente diferentes a cualquier otro torneo. Son los pilares de nuestro deporte, los torneos más importantes que tenemos. Pero me gustan un poco más mis posibilidades al mejor de tres”.
Los golpes de Djokovic no estuvieron del todo acertados al principio y, salvo por un breve intervalo en el segundo set, su energía habitual no estuvo presente. Hizo varias muecas de fastidio tras fallos. En los cambios de lado, flexionó o estiró su cuello, que le molestó anteriormente en el torneo, y también fue atendido por un fisioterapeuta.
También hubo momentos ocasionales de brillantez, incluido un golpe de revés a dos manos que provocó rugidos estruendosos de la multitud, que a menudo coreó su apodo, ”¡No-le!” y parecía querer impulsarlo al menos a hacer las cosas más competitivas, si no ganar.
Djokovic celebró pavoneándose hacia su caja de toallas mientras agitaba su mano derecha una y otra vez, como diciendo: “¿Qué tan bueno fue eso?”
Cuando Alcaraz sacó para el primer set, ambos jugadores quedaron cerca de la red. Djokovic ejecutó un tiro perfectamente angulado, el cual provocó un error que emocionó a los espectadores. El serbio sonrió, luego agitó su raqueta para escuchar más apoyo y los fanáticos accedieron.
Pero Alcaraz provocó errores de devolución en cada uno de los dos siguientes servicios, ambos a 118 mph —Djokovic se agachó decepcionado después del primero— y eso aseguró el set.
Pronto, Djokovic finalmente consiguió un punto de quiebre con la ayuda de una devolución de un servicio de 132 mph y lo convirtió cuando Alcaraz envió un revés largo. Los espectadores saltaron de sus asientos para otro coro de “¡No-le!”
Fue apenas la segunda vez en este torneo que un oponente había robado uno de los juegos de servicio de Alcaraz.
Un juego después, Djokovic lideraba ese set 3-0. ¿Podría esto presagiar un partido largo y reñido?
Alcaraz reaccionó de inmediato, llevándose los siguientes tres juegos, incluido un ‘winner’ de derecha cruzada que fue tan soberbio que incluso Djokovic aplaudió con su raqueta.
El español no enfrentó otro punto de quiebre. Eso es todo un logro. Como dijo Alcaraz poco antes de completar el camino desde el vestuario hasta la cancha: “Ahora me enfrento a uno de los mejores en la devolución de todos los tiempos, si no el mejor”.
Alcaraz también es bastante talentoso en ese aspecto del tenis. Así que cuando ganó el sorteo, eligió recibir, y tardó apenas un juego para mostrar lo que puede hacer, rompiendo a Djokovic de entrada.
Puede que no haya sido una actuación perfecta de Alcaraz, quien cometió 30 errores no forzados, el mismo total que Djokovic. Pero fue más que suficiente.
“Hoy no ha sido el mejor nivel del torneo para mí”, dijo Alcaraz. “Pero simplemente mantuve un nivel tranquilo desde el principio hasta el último punto”.
Llevaba una camiseta rosa sin mangas y ahora lucía casi una cabeza llena de cabello menos de dos semanas después de aparecer para su partido de primera ronda con un corte al ras. Dijo que había palicado una medida necesaria cuando su hermano intentó cortarle el cabello pero lo estropeó.
Tal vez la decisión de disfrutar de un tiempo libre el miércoles ayudó a Alcaraz. Jugó al golf con Sergio García, el campeón del Masters 2017 que ocupó un asiento de primera fila frente al juez de silla el viernes.
Aparentemente, Alcaraz también salió ganando en el campo de golf, diciendo de García: “Me debe 200 dólares ahora mismo”.
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