Todo parece «turístico y fotogénico» cuando Donostia es escenario en la literatura. Aunque Laura Balagué (Barcelona, 1958) también mira hacia otros escenarios. En sus libros … también cuentan las esquinas polvorientas, las casas cerradas durante años y los rincones donde la vida se vuelve complicada. Su nueva novela ‘Limpiezas traumáticas’ (Alrevés, 2025) vuelve a poner en marcha al equipo de la Ertzaintza liderado por Carmen Arregui, que esta vez se sumerge en un inquietante caso de crímenes en San Sebastián, donde un asesino parece centrarse en víctimas con síndrome de Diógenes. Se trata de una novela policiaca «diferente, humana y afilada, que mezcla misterio con crítica social, porque cada personaje tiene algo que decir» sobre lo que ha pasado, que resulta ser algo de lo que nadie quiere hablar.

«Los lectores van a sentirse muy reconocidos con muchas tramas, lugares y personajes. A la gente siempre le gusta leer cosas en las que se ve reflejada. También creo que es una trama interesante, una novela fácil de leer. Y es adictiva, al menos eso pretendo», adelanta la autora sobre el título, disponible en librerías a partir del lunes. Decidió bautizar esta quinta entrega así «por casualidad», hojeando mientras se documentaba. «Di con una empresa especializada que se llamaba así, y me gustó». Un nombre perfecto para tratar de definir esa zona intermedia entre lo físico y lo emocional, donde ella suele situar sus historias.

Limpiezas traumáticas | Laura Balagué

Limpiezas traumáticas | Laura Balagué

  • Estilo:
    Novela.

  • Editorial:
    Alrevés.

  • Páginas:
    288.

  • Precio:
    21 euros.

Porque aunque la novela se adentra en un caso policial, lo que mueve a la escritora barcelonesa, aunque «desde siempre donostiarra», no es tanto la mecánica del crimen, sino lo que late alrededor. «Aunque escriba a veces sobre temas graves, procuro siempre hacerlo en un tono ligero», reconoce la escritora, cuyo estilo es precisamente no describir gráficamente la violencia ni las torturas psicológicas. «A mí me interesa contar las cosas desde otro lugar, desde lo cotidiano. Quizás desde lo más complejo», reconoce.

El personaje de Carmen Arregui —una ertzaina, madre, sin grandes excesos ni traumas espectaculares— es una especie de declaración de principios frente al estereotipo imperante en el género. «Ahora en las novelas policiacas parece que los personajes son unos atormentados con unas vidas complicadísimas, pero yo buscaba una mujer normal. Estoy segura de que en la Ertzain-tza hay muchas como ella. Gente que investiga un caso mientras piensa en si ha hecho la compra». Porque en sus novelas, la policía no se lanza en persecuciones por el centro de Manhattan, sino que se mueve por Amara, Egia o Intxaurrondo. Lo hará también por la Avenida, cuando el próximo 18 de septiembre presente la novela en Casa del Libro.

Ciudad literaria

Para Balagué, Donostia es mucho más que un marco. «Vivo aquí desde 1982», pero como narradora, observa la ciudad como un cuerpo urbano al que mira con curiosidad de escritora y sensibilidad de exenfermera. «Estuve muchos años en atención primaria. He visto muchas casas por dentro y cada una contaba una historia», recuerda sobre su etapa como profesional de la salud. Lleva más de cuatro años jubilada, pero haberse dedicado durante años a la sanidad le ha permitido tener acceso «a realidades que muchas veces quedan fuera del foco», y que ahora nutren sus ficciones. «El mundo de puertas para adentro es sorprendente», asegura la escritora.

No obstante, su serie dedicada a Arregui «es libre, porque cada novela se puede leer de forma independiente, aunque si lo haces en orden los entiendes mejor». Se mantiene también el mismo núcleo de personajes, aunque la autora, en cada novela, se permite explorar nuevas aristas, incluso personajes que cobran vida durante el proceso. «Eso pasa porque, de repente, empiezan a crecer y se colocan en el centro de la trama sin haberlo previsto».

Realidad humana

«En atención primaria vi muchas casas, cada una con su historia. El mundo de puertas para adentro es sorprendente»

La protagonista

«A mucha gente le recuerda a mí. Y no es que sea exactamente yo, pero sí que se parece a mí y a mis 50 mejores amigas»

Aficionada desde siempre a la escritura, Balagué reconoce «haber evolucionado con los años». De las primeras novelas con esquema más cerrados ha pasado a una escritura más abierta, aunque siempre con el final en mente. No obstante, reconoce sentirse «más segura cuando tengo una estructura. Ahora, aunque sé quién es el asesino, dejo que la trama evolucione libremente. Me resulta más divertido escribir así», reconoce. Se vale, fundamentalmente, del caso policial, pero también de las vidas personales de los personajes. «Siempre tengo en la cabeza dos tramas paralelas. Por un lado, el caso y, por otro lado, lo que les pasa a los protagonistas», explica. Porque si algo importa en sus novelas, más allá del crimen, es la humanidad de los personajes que conforman la historia.

Es precisamente lo que parece haber conectado con sus lectores. Esa sensación de reconocer a Carmen Arregui no como heroína, sino como una más. «Mucha gente que me conoce me dice que les recuerda a mí. Y no es que sea exactamente yo, pero sí que se parece a mí y a mis 50 mejores amigas», bromea sobre la protagonista, inspirada en «conocidos míos de la Ertzaintza».

Misterio cotidiano

Ahora, con más tiempo que dedicar a la escritura, Balagué sigue escribiendo como lo hacía antes, estableciendo una disciplina y aprovechando cada hueco. «No necesitaba tener tres horas de silencio. Podía escribir con mis hijos alrededor, entre deberes y meriendas», cuenta la catalana.

‘Limpiezas traumáticas’ se suma a su bibliografía como continuación de ‘Vestidos de novia’, ‘La fábrica de cosas bonitas’, ‘Las pequeñas mentiras’, ‘Muerte entre las estrellas’, ‘En el otro bolsillo’ y ‘Una investigación laica’. Esta vez no solo empuja a la inspectora Carmen Arregui a enfrentarse a un nuevo caso, sino que continúa explorando el crimen y la vida cotidiana. Porque entre una cosa y otra, Laura Balagué sigue haciendo lo que mejor sabe: escribir novelas policiales que, intencionadamente, hablan de la vida.