06/09/2025
Actualizado a las 17:09h.
Cada semana la saga de las exreligiosas incorpora un nuevo capítulo: el actual, unido al bloqueo exprés de sus redes sociales y al presunto control de sus teléfonos móviles mantiene vivo su relato de persecución.
Después de asegurar hace unos días que sus teléfonos móviles están intervenidos y de denunciar una «persecución digital» que llevó al cierre exprés —apenas doce horas— de sus cuentas de Instagram y Facebook, las exclarisas de Belorado vuelven a la carga con un nuevo episodio que refuerza la idea de sentirse perseguidas que transmiten desde el primer día del cisma. Esta vez, el frente se ha abierto en Asturias, en el núcleo zoológico que la comunidad mantiene cerca de Cangas de Onís, donde crían a sus perros de raza que venden por unos mil euros.
En un vídeo transmitido a través de sus redes sociales, Susana Mateo, conocida en su vida religiosa como sor Sión, ha relatado lo sucedido desde el monte donde se encuentra el criadero: «Hemos tenido una situación un poco desconcertante, a la que le seguíamos la pista por las cosas que nos estaban sucediendo últimamente, y bueno, os lo queremos contar. Nos hemos encontrado una especie de cebo lleno de lo que, luego de comprobarlo, resultó ser veneno».
Según explica, han encontrado «como una galleta de harina llena de unos puntitos negros», que, tras consultar en internet y con veterinarios y criadores, se correspondería con cebos envenenados «para acabar con los animales». Un hallazgo que las exreligiosas enlazan con episodios recientes como la muerte de un braco de Weimar «sin explicación clínica suficiente» y el deterioro repentino de algunas pastoras alemanas, que «adelgazaban, tenían malas digestiones y decaían de forma muy rara». «Gracias a Dios —prosigue sor Sión— actuamos con rapidez, llevamos a los perros al veterinario, que no pudo dar una causa clara, y ahora con dietas y cuidados van mejorando. Pero la verdad es que lo que vivimos es una incertidumbre: ya ni siquiera los animales están a salvo aquí».
Pilar fundamental en su vida
También el portavoz de las exclarisas ha dado difusión a la cuestión a través de un comunicado a los medios de comunicación. «Las Hermanas Clarisas de Belorado expresan con profundo dolor y consternación la grave situación que atraviesan tras la aparición de síntomas en varios de sus perros compatibles con un posible envenenamiento. Estos animales representan un pilar fundamental en su vida cotidiana y en los valores que profesan», explica Francisco Canals.
El texto subraya que el núcleo zoológico de Arriondas «está autorizado, cumple con la normativa vigente y funciona con total transparencia», y recalca que los hechos «constituyen un atentado contra la vida de seres inocentes que impacta directamente en la paz y espiritualidad de la comunidad». «Las hermanas continuarán informando a medida que se disponga de nuevos datos», añade la nota, al tiempo que hace «un llamado a la reflexión y al respeto», recordando que «la verdadera fraternidad se construye desde la compasión y el cuidado de toda criatura».
Un guión inagotable
Lo cierto es que cada semana la saga de Belorado incorpora un nuevo capítulo. Todo comenzó con un desafío a Roma y al Papa desde Belorado para llegar a la denuncia del envenenamiento de perros en Asturias, pasando por el bloqueo de sus cuentas, el criadero ilegal en el monasterio, su sumisión al liderazgo del obispo excomulgado y el cura coctelero al que luego expulsaron, las presencias demoníacas en Derio, el restaurante de clausura en Arriondas o los móviles intervenidos, por nombrar solo algunas de ellas. Un guión inagotable del que ya esperamos el próximo ‘plot twist’.
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