Max Verstappen ha hecho saltar por los aires los planes del equipo McLaren en una clasificación del GP de Italia con aires reivindicativos. El vigente campeón del mundo ha sido capaz de sobresalir en un escenario en teoría poco prolífico para Red Bull, asestando un último golpe decisivo a última hora. Ya se las prometían muy felices en la escudería naranja en una sesión en la que Lando Norris había amarrado el liderato ya con el cronómetro a cero, pero el piloto neerlandés tenía reservado un as bajo la manga que le ha servido para liderar la parrilla.

Desde que el cronómetro paró tuvieron lugar unos minutos de locura total en pista. Acababa de asaltar Verstappen el liderato y de desactivar una oleada de celebraciones que se trasladó de un box a otro en cuestión de segundos. Porque Norris, todavía en vuelta, fue capaz de destronarle con un gran tiempo que supuso un vuelco en la lucha por la pole position. Sin embargo, Verstappen no pecó de conformismo y se vio capaz de mantenerse lanzado a por una última vuelta que mantuvo en vilo al pit lane durante varios segundos, hasta que su paso por la línea de meta volvió a dinamitar la pelea.

Fue el neerlandés el único en poner en cuestión el dominio de los McLaren en esta pista y se adjudicó la plaza más codiciada de cara a la carrera del domingo. A su zaga, eso sí, no hubo lugar a sorpresas. Norris se hizo hueco a su lado en la primera línea de salida, justo delante de su compañero en McLaren Oscar Piastri.

Por otra parte, acudían los Aston Martin a esta cita sabedores del crudo escenario que se les avecinaba en Monza. En un circuito muy desfavorable para sus características, los primeros minutos de la sesión mostraron a las claras que sería un milagro para ellos pelear por cotas altas. Y ya a las primeras de cambio la Q1 se llevó por delante a Lance Stroll, eliminado con el decimoséptimo mejor tiempo.

Mientras tanto, eso sí, Fernando Alonso se empeñó en creer en su milagro personal. En los últimos instantes del primer parcial marcó un tiempazo que le elevó al top 6, demostrando las dosis de magia que perduran en sus manos y que siguieron saliendo a la luz también en Q2. Y es que también libró la segunda criba de la tarde, asumiendo el reto de posicionarse lo mejor posible de cara a la carrera ya desde la zona de puntos. Aquí llegó su último pequeño milagro, superando en el último momento a Yuki Tsunoda para consagrarse como noveno después de toda la Q3 en la cola.

Fiasco para Carlos Sainz

La clasificación dejó también claro que las ilusiones disparadas por su tercer puesto de Sainz en los Libres 2 fueron un mero espejismo. El sábado devolvió a tierra al piloto madrileño, que aunque superó con holgura el primer corte y se posicionó muy cerca de la cabeza se dio de bruces con una realidad muy distinta en Q2. Incapaz de exprimir su Williams, se vio condenado a una decimotercera posición que supo a poco sobre todo después de las altas expectativas ganadas previamente.