No les voy a engañar. Pensaba yo que todo iba a estar sentenciado antes de Farrapona. Pensaba yo, antes de la Vuelta, que esto iba a ser arrase de Vingegaard. Entre el espesor propio del sujeto (que se nos diluye, oigan) y la concurrela oposicional, pues… Eso, que lo mismo gana seis etapas, dije. Y andaba un pelín más desconfiado los últimos días, pero en el fondo pensaba que si era táctica de su muy cuadriculado equipo (tampoco parece Jonas un prodigio de improvisaciones), y que el hostión grandérrimo vendría en Angliru, y que desde allí… Declinar hasta Madrí.
Sucede que lo de ayer me sorprende, y me sorprende mucho. Por unos y otros. Por Jonas, sí, pero también por Almeida, que tengo yo pocas simpatías, a priori, con Almeida, que me desespera desde siempre, a mí, su forma de correr, ese ir siempre a su ritmo recogiendo cadáveres. Pero es que en Angliru trabajó como trabajan los campeones… poniendo marcheta, yendo a tope y sin parar nunca. Recuerden, de primeras no se va solo, pero insiste. Y no puede con el «Rojo» (objetivo principal de Almeida, abatir al «Rojo»), pero mete miedo en el cuerpo.
Así que deja interés para lo de hoy, porque, además, el terreno le va a priori más que La Cueña les Cabres. Puertos con menor pendiente (aunque bien duros), zonas donde el equipo te puede ayudar. Interesante. Con todo… sendas pegas. Almeida tiene algunos compañeros con patas estratosféricas… pero, hasta hoy, no ha tenido un equipo estratosférico. Vamos, que asomaba cabezuca en medio del lupanar, por decirlo suave, con mención especial a la folclórica Ayuso, preocupado de sus actuaciones, sudando bastante de los otros.
¡Victoria 𝐓 𝐈 𝐓 𝐀́ 𝐍 𝐈 𝐂 𝐀 de Marc Soler en La Farrapona!
El catalán consigue el tercer triunfo español en #LaVuelta25 tras un ataque demoledor a más de 15 kilómetros de la meta. #VueltaRTVE6S https://t.co/nNBp6Ea17U pic.twitter.com/nLg5QTCSQw
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Lo inexplicable de Marc Soler
En ese sentido es muy jugosa la presencia de Marc Soler en la fuga... pero es que Marc Soler igual está allí para la etapa, o para pillar puntos a la regularidad, o porque anduvo de finde en esa zona hace años y le trae buenos recuerdos, o porque… en fin, nunca conozco los pensamientos de Marc Soler, y eso me hace quererlo (si fuera su patrón ya tal).
Lo segundo es, sobre todo, un misterio. Porque San Lorenzo nunca ha funcionado. No, al menos, entre los pros. Fumada, tras fumada, tras fumada. Y el puerto es duro, puedo garantizárselo. Vale, tiene asfalto excelente, y eso siempre ayuda a mantener ruedas, pero… es que no se puede comprender. A números fríos esto de San Lorenzo y Farrapona es uno de los encadenados mayores que hay en España (uno de ellos, no se me vuelvan locos), pero… jamás hizo la pupa que podría haber hecho. ¿Saben eso de los campos magnéticos que cuenta siempre Perico? Pues aquí son al revés.
Jonas Vingegaard, durante la decimocuarta etapa de la Vuelta ciclista a España. (EFE/Javier Lizón)
Y así, con esas dudas, llegamos hasta San Lorenzo. Escapada grandísima por delante, escapada que pinta vencedora. Marc Soler contando chistes de Ivá, Verona explicando sus teorías fiscales con gesto serio y voz profunda, Cepeda dando pocos relevos, Armirail intenta no hundirse, Campenaerts intenta dar menos miedo con esa postura que tiene sobre la bici, que pareciera un misil. Y más paisanos. Ah, buena representación de nombres acojonantes, como Johannes Staune-Mittet (merece disco de black metal noruego), Xavier Finlay Xavier Pickering (merece disco de hair metal horteroide) o Xabier Azparren (de gira con Evaristo). Por ahí bien.
Ayuso sometió a Joao Almeida
En San Lorenzo pone ritmo el equipo de Almeida. Aún sigue Ayuso, por cierto, déjate que no curre hoy. Hay algunas víctimas tempranas (Bernal, verbigracia), pero tampoco nada que nos vuelva locos. Y Juan que se somete a João, y sube a una velocidad no loquísima pero sí de daño, y busca algo parecido a una redención, porque siempre hay literatura grande en las historias de redención. No creo que compense, pero sí disimula.
Apunte: el comentarista extranjero de Televisión Española, compatriota del ganador hoy, no solo carece por completo de visión sobre lo que está viendo… es que además es un cagón. Un cobarde, un pusilánime, un calzones. Un cagón. Lo he dicho otras veces… ser cagón cuando estás en carrera lo puedo entender, por las dudas y el miedo al dolor (nunca olviden que a estos paisanos les duele… les duele mucho). Pero, joder, ser un triste desde fuera… es como jugar al FIFA y hacerte táctica de Bordalás, tío… Eso por no contar las patadas a diccionario, gramática («de que») y buen gusto. Pues con nuestros euros.
¡Hindley agita el grupo de los favoritos!
El australiano cambia el ritmo y exige a Vingegaard y Almeida. #VueltaRTVE6S #LaVuelta25
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Vale, coronan y sigue Ayuso tirando. Sigue Ayuso tirando, sospecho, para que Vine no tire, porque si Vine tira igual tira a cualquiera. Bajada muy rápida, y ahí es donde más sufre el paisano. Entonces… dos elementos perturban la etapa para el equipo de Almeida. Uno fortuito, otro con el que siempre debes contar. El fortuito es que pincha Vine, y eso escojona un poco la fila, y hasta entran los compañeros de Jai Hindley, que no se veía en una así desde Fedaia
Lo otro, lo esperable, es que Marc Soler hace un movimiento… en fin. Raro. Si fuese otro ciclista diría que es un movimiento erróneo, una chorrada, una demostración de egoísmo o estupidez. Pero siendo Marc, no descarto que estemos ante un plan a largo plazo, uno destinado a destrozar la sociedad del hoy basándose en decisiones ilógicas que colapsen los mercados y nos lleven hasta la anarquía. Y allí, en la anarquía, Soler reina.
Alfombra roja para Soler
¿Resumen? Soler en cabeza y sus compañeros lo persiguen. Una táctica de libro. Pena que ese libro sea Casa de Hojas, escrito por Mark (no Marc) Z. Danielewski. Léanlo, es buenísimo… Y si comprenden lo de Soler me lo cuentan. Porque yo no lo entiendo. Aunque lo tenga bien para la etapa, que ya saben cómo acabó el asunto. Qué importa. Si fuese otro, sacarían portadas tras lo de esta tarde.
Allí que se sube Marc Soler. Más clavado que una jabalina de Zelezny, menos cadencia que un reloj de pulsera. Perfecto, si pillase Almeida tendrás las patas rotísimas. Claro que Almeida no ataca. E, incluso, pareciera que su equipo ya no tira tan fuerte. ¿Crisis? ¿No perjudicar a Soler? No sé, yo estoy perdidísimo. Todos los comentaristas van con Soler, y las interpretaciones sobre tácticas a seguir son… curiosas. Patrioteras. Esquizofrénicas.
Vingegaard aguanta el arreón final de Almeida y consigue sumar otros dos segundos a su diferencia con el portugués.
El danés sigue de rojo con 48 segundos de renta respecto al corredor luso. #VueltaRTVE6S #LaVuelta25 pic.twitter.com/hVHkNykgFD
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Al margen de eso... truño. Truño grande. Dicen que si viento y tal. Truño enorme. Cuando corra Tadej y los cenizos hablen sobre aburrirse y tal (para hacerse pelín snobs, ya saben) recuerden estos asuntos. Que están tensando, a dos de meta, para Hindley... Para que ataque Hindley. Que ataca Hindley, a uno de meta. Ya ven, la Cuneo-Pinerolo.
Y nada, últimos metros con Marc Soler sufriendo mucho (iba pensando en el Cifras y Letras de anoche), pero gana con amplitud. Gran victoria para el Soler Team, revancha para el Soler Team, maravillosa gestión de hoy en el Soler Team. Ya siento insistir, pero es que… Detrás llegan juntitos (o casi) los tres mejores, con Vingegaard trincando bonificación.
Tanto remar para esto. Y eso, que enhorabuena a Soler, porque para uno de los pocos ciclistas que me pueden, pues no voy a seguir atizándole. Y que muy cuca la táctica. Acojonante. Estará contento João. Imagina correr esto con equipo.