La amenaza de lluvia no restó protagonismo a los toros de los Hermanos Martín Alonso, que se convirtieron en la gran atracción del cuarto encierro de las fiestas de San Antolín en Medina del Campo. La jornada concluyó de forma favorable, con los seis ejemplares conducidos de manera escalonada hasta el “descansadero”.

La suelta comenzó pasadas las nueve de la mañana desde los corrales. Con tres astados marcando el ritmo de la manada, el grupo avanzó con rapidez hasta alcanzar la zona de los Cuatro Caminos. En ese punto, uno de los toros tomó ventaja sobre el resto y fue el primero en entrar en el embudo, mientras los otros dos ejemplares se reincorporaban posteriormente al conjunto. Al inicio de la calle Logroño, un caballo participante en el festejo resultó corneado, lo que generó momentos de tensión entre los asistentes.

Tras un breve paréntesis, la atención se trasladó a las calles Carreras, Artillería y Avenida Portugal, por donde los toros continuaron su trayecto hasta acceder al Coso del Arrabal. Allí esperaba numeroso público para asistir, acto seguido, a las tradicionales capeas.