De ritual matutino a lujo cotidiano. Así se podría definir el cambio de estatus experimentado por el café en los últimos meses por la imparable … subida de su precio. Cualquiera que haya pedido una taza de café en un bar o lo haya comprado en el supermercado en cualquiera de sus variables (ya sea molido, en grano o en cápsulas) durante los últimos meses se habrá percatado de que el precio de este producto, consumido a diario por más de 22 millones de españoles, pesa cada vez más en el ticket de la compra. Para plasmar este fenómeno en datos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela en sus últimos datos de inflación -correspondientes a julio- que el café es, en estos momentos, un 20% más caro de lo que lo era hace exactamente un año.

Que el café se haya disparado no se debe a un único motivo, sino a una tormenta perfecta de factores que están condicionando el mercado cafetero. En primer lugar, los extremos fenómenos climáticos acaecidos en Brasil, país que lidera la producción mundial, han afectado gravemente a la cosecha. La grave sequía que comenzó en otoño del año pasado, junto a las altas temperaturas y un ciclo bienal relativamente bajo han hecho que la previsión de producción para este año sea menor que la de 2024. Según estima la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB), el país sudamericano producirá un 4,4% menos, hasta los 51,8 millones de sacos de 60 kilos, principalmente afectado por la situación climática en Minas Gerais, responsable de la mitad de la cosecha nacional y donde se espera una bajada productiva del 11%.

Pero las consecuencias climáticas no se limitan a Brasil, sino que también han afectado a otros grandes productores como Vietnam e Indonesia debido a temperaturas extremas, lluvias torrenciales y sequías intensas, lo que ha reducido considerablemente el rendimiento de las plantaciones. El grano de café arábica, el más valorado por su aroma y sabor, ha sido el más afectado. Con todo, las cosechas de los dos países asiáticos se espera que sean mejores que la de Brasil.

El caso es que a todos estos factores se le suman los cuellos de botellas logísticos. Y es que las tensiones geopolíticas, exacerbadas por conflictos como la invasión rusa de Ucrania, los ataques por parte de los rebeldes hutíes en el Mar Rojo -una de las rutas marítimas más importantes del mundo-, la tensión en Oriente Medio y más recientemente, el muro arancelario levantado por el presidente estadounidense, Donald Trump, están alterando las rutas de transporte, elevando los costes y obligando a las empresas a reestructurar sus estrategias logísticas.

Respecto a los aranceles, además, cabe destacar que EE UU (mayor importador de café del mundo) ya aplica una tasa del 50% a todos los productos brasileños, lo que ha hecho que los operadores del mercado de futuros del café hayan aumentado el volumen de sus compras anticipadas, lo que es otra razón para que los especuladores aumenten el precio del aún más. De hecho, desde comienzos de agosto, la cotización de futuros del café arábica se ha revalorizado más de un 30% en el mercado de Nueva York.

El despertar de los gigantes

El incremento del precio del café también obedece a una demanda global cada vez mayor. Una demanda que, además, según apunta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglás en inglés), es inelástica, lo que significa que aunque su coste se dispare, la demanda sigue intacta.

Por si fuera poco, los expertos advierten de que el café podría continuar su escalada si los dos países más poblados del mundo, China e India, siguen acelerando su consumo, en un mercado de oferta limitada. En el caso del primero, los datos revelan que el consumo ha crecido un 40% entre 2019 y 2023, sobre todo debido a una cultura cada vez más ‘occidental’ impulsada por el segmento de población más joven. De hecho, Shanghai se convirtió el año pasado en la ciudad con más cafeterías del planeta.

Por otra parte, los indios tienen un consumo de café per cápita bajo a pesar de producir cerca del 5% del café consumido en el mundo. Pero sus costumbres también están cambiando, y es que según un informe de Mordor Intelligence, se espera que el valor del mercado del café se duplique hasta 2030. Un auge principalmente motivado, al igual que en China, por el empuje de los jóvenes, que se inclinan, sobre todo, al consumo del café de especialidad.