Martes, 16 de septiembre 2025, 13:48

Las dietas se extienden durante todo el año. Antes del verano, para lucri bien en el period estival. Ahora, en septiembre, para recuperarse de los excesos veraniegos. Por eso, los especialistas insisten en buscar el equilibrio y no caer en posturas extremas que pueden dañar tanto la salud mental como la física.

La obesidad es un auténtico problema de salud pública en todo el mundo y sus consecuencias se traducen en un aumento de los casos de diabetes, que en España ha alcanzado el 14,8%. Afecta a uno de cada siete adultos y es la segunda tasa más alta de Europa. Sin embargo, como nos cuenta el doctor Víctor Bravo, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y divulgador sobre diabetes, «el azúcar no es el único culpable».

«Hay mucha gente que piensa que tiene diabetes tipo 2 por la genética, porque su padre o su madre la tenía, porque su abuelo o su abuela la tenía… y realmente no saben el porqué tiene la diabetes. Se lo achacan a la edad, la genética, el metabolismo… y realmente no es por eso», ha señalado recientemente en La Opinión de Zamora..

Iniste en que es posible que haya «una serie de malos hábitos que finalmente le han llevado al sobrepeso, a la obesidad, o a la falta de masa muscular y atrofia, sedentarismo, etcétera, que le ha llevado, pues, a tener esta enfermedad crónica».

Y es que, según nos explica, en un alto porcentaje de la situación, es por un mal estilo de vida durante un largo periodo de tiempo. «La gente, cuando le diagnostican diabetes, no asocia esa enfermedad con su estilo de vida», indica el especialista, que acaba de publicar Maldito azúcar (Grijalbo).

Apunta este médico que en, en general, existe una visión dietocentrista, es decir, pensar que «solamente nuestra salud depende de lo que comemos, y ya está. El ejercicio es secundario, solamente para los que tienen tiempo, que no es una necesidad básica, es decir, que lo hacen los obsesionaditos que tienen tiempo para machacarse en el gimnasio y tener abdominales».

A su juicio, el principal error a la hora de adelgazar es «comer poco, muy poco, retirar todos los dulces, retirar todos los productos ultraprocesados y empezar a comer poco. No es sostenible, es decir, tú no vas a aguantar más de dos semanas, un mes, comiendo poco. Te va a dar hambre»

E insiste en que todos esos alimentos que uno se prohíbe, tarde o temprano van a llamar con mucho más deseo y vana provocar un atracón con consecuencias mucho más negativas. «Es un caldo de cultivo para atracarse. Luego también te vas a sentir culpable y vas a decir: ‘¿por qué lo he hecho?’ Y en el tiempo que tardas en recuperar toda la masa muscular después de haber hecho una dieta, has ganado mucha más grasa por el camino. O sea, el efecto rebote», hace hincapié.

No se trata de comer poco

El doctor recalca que «mucha gente piensa que va a perder peso comiendo poco, y realmente no se pierde peso comiendo poco, o al menos no a largo plazo. Puede adelgazar a corto plazo un poco, pero si tú solamente te dedicas a comer poco, pues vas a pasar hambre, y no le vas a ganar la partida al hambre».

Explica que es fundamental escoger alimentos que tengan una mayor densidad nutricional para que nos produzcan más saciedad. «Tampoco funciona el hecho de comer poco, restringir calorías y salir a caminar. No, porque no estás ganando masa muscular. Y estás destruyendo tejido metabólicamente activo. Solamente puedes ganar masa muscular mediante el ejercicio de fuerza. Y comiendo poco y andando más no vas a crear masa muscular».

Con todo esto bien estructurado, Bravo insiste en que alimentos ‘prohibidos’ como los dulces «se pueden incluir en una dieta siempre que sea variada y equilibrada. No hay que ser un talibán de la nutrición».

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