Noemí Estrada Tamargo es una pintora avilesina que reside en Francia desde hace una década. Siempre le ha gustado dibujar, desde que tiene uso de razón ya usaba lápiz para crear. Se define como una artista ecléctica y no duda en reconocer su conexión con la naturaleza, la abstracción, la figuración y trazos que evocan cierta espiritualidad. «Pinto la vida en todas sus dimensiones: desde el microcosmos de la casa a la inmensidad de lo espiritual, en mis obras exploro las continuidades entre lo que es visto, sentido e imaginado», señala la avilesina, que desde el pasado jueves y hasta noviembre expone varias obras en una galería de Manhattan (Nueva York) y al mismo tiempo, en Vannes (Francia). «Mi sueño es algún día exponer en Asturias, me haría muy feliz poder hacerlo en mi ciudad natal, Avilés, en el Centro Niemeyer, en el Bellas Artes de Oviedo o en La Laboral de Gijón», señala la pintora.

«El rayo turquesa». | CUADROS DE NOEMÍ ESTRADA
La avilesina ha colgado sus óleos en varios países europeos, al margen de su lugar de residencia. Estrada afirma que pintar en su estilo de vida. Y que con un pincel es capaz de expresarse casi mejor que con palabras. Hasta la fecha, la avilesina detalla que su obra plantea una reflexión sobre lo material, lo emocional y el poder evocador de la pintura en el arte contemporáneo. Así, disecciona lo que denomina «cuerpos de trabajo«. Hace «Plein air» que es como denomina a las pinturas al aire libre sobre madera y metales como cobre o acero «para reinterpretar el paisaje y encontrar un diálogo con la naturaleza».
Georgia O’Keeffe y Joan Mitchell
En el estudio ha creado sus «Paisajes de ensueño» en los que juega con la abstracción y la figuración. También ha rendido homenaje a «dos figuras importantes de la historia de la pintura” como son Georgia O’Keeffe y Joan Mitchell. También ha pintado grandes formatos de óleo sobre lienzo de su serie «Le Spirituel» y ha explorado con sus retratos y desnudos las formas del cuerpo humano. La última de esos seis cuerpos de trabajo es «Maison Fragmentée», que, detalla, es «una naturaleza muerta compuesta, que se convierte también en un autorretrato». «Maison Fragmentée es una obra en construcción que quiero desarrollar toda la mi vida y ya forma parte de la colección pública del museo Bernard Boesch», relata la avilesina.

Exposición en el Musée Boesch.
En ese centro museístico situado en Le Pouliguen, a pocos kilómetros de Saint Nazaire, ciudad hermana de Avilés, la vicealcaldesa de la ciudad, Delphine Filloux escribió, en el libreto del museo, un texto dedicado a la obra de Noemí Estrada: «En esta aparente simplicidad de estar en el mundo, Noemí Estrada, sin embargo, logró un ‘tour de force’ (hazaña de fuerza). Pintar en monocromo y hacemos creer que es verdad. La vida es amarilla y de reprende dan ganas de vibrar al ritmo de la longitud de onda de este color. Hay el azul Klein. Hay el amarillo Estrada».
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