La banda cartagenera Arde Bogotá actúa esta noche con todas las entradas vendidas en la Campa de la Magdalena y lo hace consolidado como uno … de los grupos más importantes del panorama nacional tras su brillante gira con ‘Cowboys de la A3’. Antonio García (voz), José Ángel Mercader (batería), Pepe Esteban (bajo) y Daniel Sánchez (guitarra), que habla en esta entrevista, son los cuatro colegas que forman el grupo. Traen hasta la capital cántabra, dicen, un show mejorado al que ofrecieron hace unos meses en el WiZink Center, en Madrid, o en el Sant Jordi, en Barcelona.
–Asentados ya como una de las bandas más importantes del rock español. ¿Cuál es el cambio más difícil de gestionar en sus vidas que han tenido que afrontar desde ‘Antiaéreo’ hasta ‘Flores de venganza’?
–Creo que lo más complicado de todo es darse cuenta de que no vas a estar en casa con la familia y con los amigos la mayor parte del tiempo cuando ellos se quedan. Trabajas en el ocio de los demás y te pierdes muchos momentos de tu vida personal. Parece una tontería, pero hay que saber lidiar con ello y la gente de tu alrededor tiene que entender que tienes un trabajo ciertamente extraordinario y que vas a estar ausente la mayor parte del tiempo.
–¿Cómo hacen para mantener los pies en el suelo cuatro chicos de Cartagena?
–Una de las cosas esenciales ha sido el hecho de ser de Cartagena en sí. El volver siempre a la ciudad y a las calles de siempre junto a nuestras familias y amigos y ver cómo las cosas en ese sentido no han cambiado. Seguimos teniendo un local de ensayo chiquitito, donde hacemos todas las canciones y nos juntamos. Las costumbres, en cierto modo, se siguen manteniendo casi igual que el primer día. Lo que pasa es que todo a nuestro alrededor se ha magnificado de una manera casi monstruosa. Aquí nadie se ha comprado ninguna mansión en Miami, como se va comentando por ahí.
–Las redes sociales son un escaparate directo a su público. ¿Qué impacto tienen en ustedes los comentarios, ya sean de apoyo o de crítica, que leen en estas plataformas?
–Cada uno lo lleva de una forma. Está la cosa un poco repartida en cuanto a los comentarios negativos y eso. Hay quien se los toma mejor y peor. Es verdad que yo suelo leerlos porque me interesan siempre después de un concierto leer lo que se ha comentado, lo que se ha escrito en las noticias o algunas cosas que se dicen en Twitter (ahora conocido como ‘X’). Cuando empezamos a recibir la primera ola de ‘hate’, por así decirlo, yo me di cuenta de que algo estaba cambiando realmente en la banda. No es que la gente nos empezara a odiar, sino que se estaba empezando a abrir el proyecto a más gente, como al mercado general. Y ya no era solo la gente que consumía música de nicho o que iba a vernos al escenario 4 del festival.
–Con ‘Cowboys de la A3’ ya consolidado en el tiempo (dos años ni más ni menos), ¿hasta qué punto el contenido de ese álbum ha sido clave para la conexión que tienen con su público?
-Ese álbum realmente nos ha cambiado la vida. Para nosotros todo es una evolución, porque desde el álbum de ‘La Noche’ las cosas han ido creciendo gradualmente, pero muy rápido. Para nosotros es como una especie de escalera, pero con los peldaños muy altos. El de ‘Cowboys’ creo que fue el pelotazo que hizo que hasta al señor que quizás no escucha y no investiga sobre música le llegue Arde Bogotá. Todo lo que ha venido con ese disco es todo lo que somos ahora.
–Con la gira del disco tuvieron muchos compromisos y poco descanso. ¿Hay alguna anécdota que recuerden con especial cariño de tantos meses en la carretera?
–Sí que hay una cosa de toda esta evolución que ha habido, que es que cuando empezamos a girar el disco de ‘Cowboys’ todavía el proyecto no era lo que es hoy en día. Éramos nosotros los que montábamos todo el equipo, las luces y conducíamos las furgonetas. Y toda esa época como que la recuerdo con especial cariño. El otro día lo recordaba y digo, pues a veces me hace falta un poco de esto. Dormíamos literalmente en el suelo de la furgoneta porque teníamos tres conciertos seguidos y teníamos que ir de un sitio de España a otro y llegar en cuatro horas. La única manera de dormir era tirarse en el suelo de la furgoneta de mala manera con una almohada que había cogido de un hotel. Ahora las cosas son mucho más cómodas obviamente, pero creo que el verdadero rock and roll estaba en esa época.
–Este año se lo han tomado con algo más de calma. ¿Qué le espera a Arde Bogotá durante el próximo año?
–Sé lo que hay planificado y no sé cómo saldrán las cosas, pero sí que hay como una sensación en la banda de que estamos haciendo conciertos muy grandes por España. Y noto a veces la sensación de que la gente se va a cansar de nosotros. Quizá haya que cruzar el charco más veces y ver qué nos depara también a la banda por el otro lado del mundo.
–Con la vara tan alta que han dejado sus dos primeros discos, surge la pregunta: ¿cuál es el impulso creativo predominante para este tercer álbum? ¿Es la ambición de sorprender y explorar nuevos territorios, o hay una tendencia natural a perfeccionar lo que ya domina en su identidad?
–Estamos creando todavía, estamos en esa fase. Y mi sensación es que no estamos haciendo nada loco como que de repente todos nos hayamos comprado sintetizadores y ahora seamos los Pet Shop Boys o algo así. Tengo la percepción de que hay una evolución primero natural por las cosas que escuchamos, que no son las mismas que escuchábamos hace tres años cuando compusimos el otro disco. Y me da la sensación de que las letras de Antonio son más maduras, hablan de otras cosas. Tenemos la suerte de que la canción de ‘La Torre Picasso’ nos ha permitido sonar de una manera más natural.
–Vuelven a Cantabria un verano después y con todas las entradas vendidas. ¿Qué significa llenar en Santander?
-A mí es que en lo personal me parece una locura. Quizás sea el más incrédulo de todos. Es una suerte que tenemos que la gente responda también y que nos quieran tanto en Cantabria. Ahora que tenemos un poco más de tiempo hemos decidido ir unos días antes para conocerla, para empaparnos de ella y mezclarnos un poco con la gente.
-¿Hay alguna sorpresa preparada preparada para el show?
-Realmente es el mismo show que hicimos en el fin de gira en el WiZink Center, pero mejorado porque hemos aprendido muchas cosas que no salieron tan bien. De vez en cuando hay alguna sorpresa en los conciertos, pero eso no te lo puedo anticipar…
–¿Un sueño que les quede todavía por cumplir como banda?
–Realmente el mayor sueño ahora después de haber cumplido muchos es hacer una carrera larga, en la que salgan muchos discos con una evolución en el sonido y que no hayan sido iguales. Y que hayan tenido, ojalá, buenas canciones dentro y tengamos cosas que decir en el futuro.