En Hollywood, la obsesión por mantenerse joven lleva años acompañando a las actrices y actores más reconocidos. Pero hay quien parece «saltarse las reglas del juego» y parecer que está conservada en formol

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Demi Moore, de 62 años, es una de esas figures que ha logrado lo que pocas actrices han conseguido: mantenerse radiante, sin esconder su edad y sabiendo adaptar sus necesidades al paso del tiempo.

La protagonista de Ghost o La teniente O’Neil ha pasado por todas las etapas posibles: el éxito, la presión estética, la autocrítica y el equilibrio.

La crema Nivea cuentas con múltiples beneficios que desconocemos, entre otros, combatir las estrías.

«He aprendido a cuidarme con cariño, no con castigo«, confesó en una entrevista reciente para CBS Sunday Morning, donde habló de cómo ha transformado su relación con el cuerpo después de décadas viviendo bajo los focos.

Demi Moore no solo mantiene su figura y su elegancia natural, sino que ha redefinido lo que significa envejecer con estilo.

De la obsesión al equilibrio

Durante años, Demi Moore fue ejemplo de disciplina extrema. En su libro de memorias, Inside Out, la actriz reveló que llegó a desarrollar una relación poco sana con el ejercicio.

«Mi trabajo era encajar en ese implacable uniforme militar que usaría en Algunos hombres buenos. Ponerme en forma para esa película desató una obsesión que me consumiría durante años», relató.

Mujer en su peluquería de confianza.

A sus treinta y pocos, la intérprete llegó a entrenar incluso de madrugada, después de alimentar a su bebé. «Iba en bicicleta de noche hasta el set de rodaje con una linterna en la cabeza. Luego trabajaba 12 horas, dormía poco y volvía a hacerlo. Lo que le hice a mi cuerpo fue una locura«, reconoció.

Hoy, su enfoque es completamente distinto. «Ya no busco ser perfecta. Busco estar fuerte, tener energía y sentirme bien conmigo misma.»

Su entrenamiento actual

A diferencia de otras estrellas de Hollywood que se entregan a rutinas de gimnasio imposibles, Demi Moore prefiere los ejercicios conscientes.

Su disciplina actual se basa en tres pilares: pilates reformer, yoga y senderismo.

  • El pilates, con el reformer como herramienta principal, le ayuda a fortalecer la musculatura sin impacto, mejorar la postura y mantener la flexibilidad.
  • El yoga, que practica casi a diario, es su refugio mental. “Es mi momento de conexión, de silencio y gratitud”, ha dicho.
  • Además, caminar es su cardio favorito. Vive rodeada de naturaleza, y aprovecha cualquier oportunidad para hacer rutas con su inseparable perrita Pilaf, una diminuta chihuahua que se ha convertido en su compañera de vida y de ejercicio.

Según la propia actriz, lo importante no es cuánto tiempo entrenas, sino hacerlo cada día con intención.

«Me muevo todos los días, aunque sea media hora. El cuerpo necesita constancia más que intensidad

Alimentación simple y consciente

A la hora de comer, Demi Moore también apuesta por la sencillez. No sigue modas ni ayunos drásticos, sino una dieta crudivegana basada en alimentos reales y sin procesar.

Su alimentación incluye frutas frescas, verduras de temporada, legumbres germinadas, frutos secos y proteínas vegetales, siempre en su estado más natural.

  • Evita los ultraprocesados, el azúcar añadido y los productos con aditivos.
  • En una de las frases más citadas de sus memorias, reveló su menú diario: «En el desayuno tomo media taza de avena con agua. El resto del día, solo proteína y algunos vegetales
  • Su desayuno favorito es una mezcla templada de avena y semillas de chía, acompañada de un té verde o un café sin azúcar.
  • A mediodía, suele optar por ensaladas con tofu o legumbres, y por la noche prefiere sopas de verduras o caldos ligeros.

Además, Moore tiene muy en cuenta beber mucha agua y siempre incluye una infusión relajante antes de dormir. «La belleza también se construye desde el descanso«, asegura.

Menos filtros, más serenidad

En sus redes sociales, donde acumula millones de seguidores, comparte fotos sin apenas maquillaje, posando con su perrita o practicando yoga al amanecer.

Su piel, luminosa y tersa, es el resultado de una rutina constante que incluye limpieza diaria, hidratación profunda y mucha protección solar.

«No se trata de parecer joven, sino de estar bien en tu piel», ha dicho en varias entrevistas. Pero Moore también confía en los masajes faciales, los tratamientos con luz LED y los baños de hielo ocasionales para activar la circulación y tonificar el rostro.

En su neceser nunca faltan los aceites naturales (su favorito es el de jojoba) y una crema con retinol para la noche.

La modelo Esther Cañadas.

Más allá del físico, lo que más sorprende en Demi Moore a sus 62 años es su energía tranquila, esa sensación de haber encontrado el equilibrio entre lo que fue y lo que es.

«Durante mucho tiempo, creí que debía parecer perfecta para ser amada. Ahora sé que el amor empieza por aceptarse a una misma», escribió en Inside Out. «Cuidarse no es una obligación, es un privilegio», afirma.