Tras los nervios previos, la emoción de quienes lograron enfundarse la chaquetilla blanca de la Guía Michelin y una gala que se alargó más de dos horas y media —con un Jesús Vázquez poco inspirado y las acrobacias líricas del cuadro escénico de Sohrlin, el espacio malagueño dirigido por el empresario Domingo Merlín y el polifacético actor Antonio Banderas—, llegó al fin lo que todos los invitados esperaban: la cena. Pero que nadie imagine un banquete al uso, sino un cóctel de pie con varios puestos de comida donde cada uno se sirve a su antojo. Lo mismo ocurre con las bebidas. Es el momento de saludar, de abrazarse otra vez, de hacerse selfis y de intercambiar impresiones sobre una ceremonia marcada este año por el tema de la noche: la ausencia de nuevas tres estrellas en el firmamento Michelin, pese a las 30 nuevas distinciones rojas —25 con una y cinco con dos— y las cinco verdes concedidas.

Había alguna cara larga, pero era momento de disfrutar y probar lo que habían preparado con esmero los cocineros malagueños. Benito Gómez, de Bardal (Ronda, dos estrellas), y Mario Cachinero, de Skina (Marbella, dos estrellas), con la participación del propietario de este último, Marcos Granda, fueron los encargados de coordinar la velada. Gómez elaboró dos platos: una ostra en manteca colorá y un calamar frío en amarillo. Cachinero ofreció un gazpachuelo a lo pobre con sepionet y patatas, y un postre de chocolate y banana.

Al despliegue se sumaron ocho cocineros más. José Carlos García (Málaga, una estrella) presentó un boquerón con pipirrana y mango, y una versión de la zurrapa malagueña. Emiliano Schobert, de Blossom (Málaga, una estrella), sorprendió con un tartar de ciervo con espuma de cebollino y un helado de maíz con cremoso de kombu tostado y crocante de maíz.

David Olivas, cocinero de Back, elaboró un chicle-foie, escabeche de perdiz y pistachos, y carrillera de chivo malagueño con espaguetis de arroz y coco.P. Á.En la imagen, el equipo de Nintai, que sirvió dos platos: berenjena con sésamo y wagyu A5 sobre brioche de té matcha.P. Á.En el puesto de Kaleja se sirvieron pochas aliñás y gamba blanca con coliflor y brócoli.P. Á

Dani Carnero, de Kaleja (Málaga, una estrella), apostó por unas pochas aliñás con porra blanca y pimiento verde, y unas gambas blancas con coliflor, raifort y brócoli. Diego Gallegos, de Sollo (Fuengirola, una estrella), sirvió anguila ahumada con consomé ibérico, peras y encurtidos, además de un tartar de atún rojo macerado en grasa de chuleta, leche de tigre y huevas.

Mauricio Giovanini, de Messina (Marbella, una estrella), elaboró erizo micuit con agua de raíz de apio y lubina con crema de chirivía y jugo de algas. Manuel de Bedoya y Alberto Igeño, de Nintai (Marbella, una estrella), presentaron berenjena con sésamo, miso y shirumono de shiitake, y un bocado de wagyu A5 curado en koji sobre brioche de té matcha. Por último, David Olivas, de Back (Marbella, una estrella), propuso chicle-foie con escabeche de perdiz y pistachos, y carrillera de chivo malagueño con curry andaluz y espaguetis de arroz y coco. Por supuesto, no faltaron el jamón ibérico cortado al instante, el atún de Balfegó ni el bacalao de Barquero.

En la gala se brindó con vinos, seleccionados por Luis Gutiérrez, el catador de Robert Parker en España, de Viña El Corregidor de Carrascal (Bodegas Luis Pérez, Jerez), Mountain Blanco (Telmo Rodríguez, Málaga), Stardust (Forlong, VT Cádiz) y Navazos Niepoort (Navazos, VT Cádiz); Manzanilla Pastora (Barbadillo, Jerez); Amontillado Gran Barquero (Pérez Barquero, Montilla-Moriles); Sedella Tinto (Sedella, Málaga); Atlántida Tintilla (Alberto Orte, VT Cádiz); y, para cerrar los postres, Molino Real (Telmo Rodríguez, Málaga).