A la hora de tomar suplementos alimenticios o vitamínicos, especialmente entre las mujeres a partir de los 45 años, surgen numerosas dudas. Magnesio, vitamina D, vitamina B12, creatina, hierro… y cuál es la más correcta para cada una en un periodo en el que generalmente tiene lugar la perimenopausia y los cambios hormonales que esto conlleva.

Sin embargo, no hay que alarmarse. Ni todas las mujeres tienen por qué necesitar los mismos suplementos ni esto es necesariamente malo. Claire Pettitt, dietista especializada en salud femenina que trabaja en el Reino Unido y Singapur, apunta a The Guardian que el consumo de suplementos puede deberse a múltiples razones. «No es drástico, como si de repente necesitáramos un suero», explica. 

«Pero a medida que envejecemos, nuestro cuerpo no funciona tan bien, y algunos nutrientes, como la vitamina B12 y el calcio, empezamos a absorberlos con mucha menos eficacia», añade y señala a la disminución de estrógenos en muchos casos como responsable de esta necesidad de suplementación.

A una dieta equilibrada, especialmente rica en proteínas y calcio, la especialista recuerda estar atenta a los posibles síntomas de «deficiencias» para saber si necesitamos suplementación. 

«Creo que perdemos la capacidad de prestar atención a nuestro cuerpo. Estamos demasiado ocupados. Se trata de notar cambios, como fatiga, debilidad muscular o caída del cabello, que podrían reflejar diversas deficiencias de micronutrientes», añade al citado medio.

Asimismo, ve fundamental la dieta y el estilo de vida que lleve cada mujer, así como si a este proceso hormonal se suman otras condiciones como alteraciones en el tiroides, enfermedades relacionadas con la celiaquía o con la toma de fármacos contra los ardores o el reflujo.

Por ejemplo, apunta que en el caso de seguir una dieta vegana la suplementación con B12 es fundamental, así como bebidas fortificadas con calcio y yodo. «El suplemento más común que una mujer necesita es la vitamina D, crucial para la salud ósea, el sistema inmunitario, los músculos e incluso las hormonas», recuerda y apunta que generalmente se debe tomar en otoño e invierno, pero si se tiene la piel oscura, se usa un factor de protección alto o suele ir muy cubierta, se debe ampliar a todo el año.

Con respecto al magnesio apunta que debe tomarse para evitar la debilidad muscular o los calambres y pide no excederse del consumo de todos ellos ni tomarlos todos a la vez. Recomienda empezar cada uno por separado durante cuatro a seis semanas, idealmente tres meses, «dependiendo de lo que se intente cambiar». 

En referencia a los suplementos de omega-3, Pettitt recalca que lo más importante es tomar alimentos ricos en este ácido graso como el pescado azul y que, si esto no se cumple con la dieta, comenzar a suplementarlo para evitar problemas de memoria.