Lunes, 11 de agosto 2025, 01:28

La revista científica ‘Nature Immunology’ ha publicado recientemente un estudio que relaciona la autofagia con la longevidad y el envejecimiento saludable. Se han hallado evidencias de que este proceso biológico influye en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores, permitiéndoles envejecer con una menor predisposición a las enfermedades. La autofagia, cuyo sufijo «fagia» significa «comer», consiste en un proceso según el cual el propio cuerpo limpia y repara sus células y elimina los componente dañados que hay dentro de estas.

Este mecanismo de renovación celular, que permite a las células descomponer y reciclar sus propios elementos deteriorados, resulta esencial para preservar la funcionalidad de los tejidos a lo largo de la vida. Esta capacidad de autolimpieza se traduce en beneficios concretos para la salud, como una mayor salud cerebral, una mejor función muscular y una defensa inmunitaria más robusta. Además, el progresivo deterioro del proceso natural de la autofagia está vinculado al desarrollo de enfermedades crónicas como el Alzheimer y la artritis, tal y como señala el estudio de ‘Nature Immunology’. En términos generales, este deterioro incrementa la vulnerabilidad de las personas mayores ante las patologías.

Por último, la revista académica propone ciertos hábitos que identifica como eficaces para estimular la autofagia. El primero de ellos es el ayuno, una práctica que consiste en experimentar periodos de no ingesta de alimentos. El ayuno tiene la capacidad de inducir al cuerpo en un estado metabólico en el que las células recurren a la descomposición y reciclaje de sus propios componentes para obtener energía.

Otro hábito esencial es el de la realización de actividad física, ya que esta promueve la renovación celular y el mantenimiento de los tejidos, promoviendo la salud muscular, inmunitaria y cerebral. En definitiva, son varios los estudios que relacionan el ayuno y la restricción calórica con la longevidad. En todo caso, esta clase de prácticas deben ser consultadas primero con un profesional de la salud.

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